El rol de la INNOVACIÓN en el logro de aprendizajes fundamentales - TU AMAWTA

viernes, 5 de marzo de 2021

El rol de la INNOVACIÓN en el logro de aprendizajes fundamentales

Es importante reconocer que, tanto el marco normativo como los resultados del debate de la innovación y las buenas prácticas, ofrecen pistas respecto a las transformaciones sociales, las tendencias y las oportunidades que el contexto ofrece y que requieren convertirse en desafíos para el desarrollo educativo en el Perú.

 

La importancia de la inclusión social, la equidad, la interculturalidad, la democracia, la ciudadanía, la eficiencia, transparencia y descentralización para lograr un Estado al servicio de la ciudadanía, es una demanda que empieza a recrear nuevos escenarios para alcanzar el mayor objetivo de la educación: “El desarrollo integral de la persona humana”. Esto supone reconocer cuál es el trasfondo del desafío, planteado ya por la Ley General de Educación: contribuir con el proceso de formación de personas capaces de lograr su propia realización y contribuir a superar los desafíos de nuestra visión como país, de una sociedad más justa e inclusiva, con identidad y capaces de contribuir a un modelo de desarrollo económico sostenible.

 

En este contexto, el proceso innovador (IBPE) se caracteriza por tener como protagonistas del cambio transformador a actores de la comunidad educativa con competencias en aumento para la reflexión crítica, para el diálogo y para el ejercicio ciudadano, articuladas a un objetivo de cambio determinado. Estas características constituyen elementos fundamentales para lograr una “escuela de futuro”, como la llama Inés Aguerrondo. Y no solo la escuela como tal, si consideramos los efectos que esta puede tener en una comunidad, y viceversa.

 

Por ello, un proceso orientado a la mejora continua debe promover la convivencia democrática, la cultura del diálogo y la valoración de la inclusión e interculturalidad, retomando los enfoques que ya se han mencionado, asociados a procesos innovadores. En otras palabras, el rol de la IBPE en el marco de estos ideales debe considerar necesariamente sus características:

 

  La voluntad reflexiva del cambio, asociado a los aprendizajes, desde una perspectiva vinculada al desarrollo humano. Igualmente, la reflexión permanente como un eje transversal que acompaña cualquier proceso transformador (intencionalidad y reflexión).

  La pertinencia de las decisiones innovadoras. No solo basadas en intuiciones, sino, en evidencias y datos objetivos, orientados a la efectividad de resultados de aprendizaje, además de la atención al contexto, sus necesidades socioculturales y educativas específicas (pertinencia) considerando la diversidad e inclusión.

  La orientación y observación objetiva de los efectos a nivel de interaprendizaje y de logro efectivo de objetivos asociados a los aprendizajes fundamentales, con una mirada a la generación de condiciones que permitan sostener esos logros (impacto y sostenibilidad).

  Los esfuerzos creativos y participativos para desarrollar competencias de “ida y vuelta” entre todos los actores educativos, con miras a favorecer la integralidad de un proceso educativo, desde su perspectiva humana más amplia (creatividad y participación).

 

Asumiendo las cuatro dimensiones de la propuesta de la “Escuela que queremos” u otro modelo con las mismas orientaciones de desarrollo, podríamos sugerir una vinculación con el rol de un proceso IBPE considerando sus características, que aunque transversales, suelen enfatizar algunos aspectos de cada ámbito, más allá de los contenidos específicos de una experiencia concreta.

 

A continuación, presentamos un gráfico que pretende ser una propuesta de vinculación entre los ámbitos educativos clave y los efectos asociados a los procesos IBPE, con base en sus características:



 

Respecto a cuál es el horizonte y tipo de aprendizajes que requiere el Perú para estar acorde a los procesos de desarrollo nacional y mundial, el Ministerio de Educación del Perú ofrece una propuesta para el debate de un nuevo Marco Curricular Nacional, formulado en su primera versión, el 2013.

 

Estos aprendizajes, en la segunda versión de esta propuesta, son planteados de la siguiente manera:

 

1. Actuar e interactuar de manera autónoma para el bienestar.

2. Emprender proyectos para alcanzar las metas buscadas.

3. Ejercer de manera plena su ciudadanía.

4. Comunicarse para el desarrollo personal y la convivencia.

5. Construir y usar la matemática en (y para) la vida cotidiana, el trabajo, la ciencia y la tecnología.

6. Usar la ciencia y la tecnología para mejorar la calidad de vida.

7. Expresarse con los lenguajes del arte y apreciar el arte en su diversidad de manifestaciones.

8. Valorar y utilizar las posibilidades expresivas del cuerpo en movimiento con autonomía, desarrollando un estilo de vida activo y saludable a través del juego, la recreación, la actividad física y el deporte en relación con los demás.

 

Estos ocho aprendizajes fundamentales responden a uno de los aspectos centrales de la problemática educativa en un contexto social, cultural y económico en constante cambio que demanda a los ciudadanos la capacidad de adaptarse constantemente y de actuar sobre su realidad de manera crítica, creativa y constructiva. Se trata de aprendizajes para la vida, de aprendizajes que desatan potencialidades, no solo para las propias personas en sus ejes individuales, sino también en sus procesos de inserción social, y por tanto, para el desarrollo humano en su conjunto.

 

Respecto al alcance y vigencia de esta propuesta, en el marco de las innovaciones y las buenas prácticas educativas, en sus diferentes niveles, dimensiones y ámbitos, es importante señalar que su orientación no debería estar centrada solo en la experiencia de un docente en el aula, sino a cualquier experiencia vinculada a educación, colectiva o individual.

 

En el ámbito de la gestión, por ejemplo, también se considera esta orientación transversal hacia los aprendizajes fundamentales desde la innovación y las buenas prácticas, en la medida que la orientación principal del liderazgo del directivo de una institución educativa tiene la característica de ser transformacional y especialmente centrada en el rol pedagógico. El Marco de buen desempeño del directivo orienta los dominios, competencias y desempeños en este sentido, en la línea de lo propuesto por el PESEM en el ámbito de la gestión: “Que las instituciones educativas asuman la responsabilidad de gestionar el cambio de los procesos pedagógicos, centrando a toda la organización en los aprendizajes”. Esta premisa también se aplica a la gestión educativa democrática y transparente de las instancias descentralizadas, según se ha referido en la Ley Orgánica de Gobiernos Regionales.

 

Otros elementos que respaldan la importancia de la vinculación de un proceso IBPE con los aprendizajes, podrían ser los siguientes:

 

  La interacción de aprendizajes entre los actores educativos, desde la perspectiva del colectivo y de la visión integradora, holística: en la línea del paradigma expresado en el PEN, de “convertir cada centro educativo en un espacio de aprendizaje auténtico y pertinente, de creatividad e innovación y de integración en una convivencia respetuosa y responsable en el ejercicio de deberes y derechos” (Concejo Nacional de Educación, 2007, p. 21), la reflexión en torno a los criterios del marco de IBPE ha considerado la interacción de aprendizajes como un aspecto que asegura procesos sólidos de desarrollo, abiertos a la reflexión, a la generación de conocimientos, a la posibilidad de promover aprendizajes significativos, en la línea con la exigencia del entorno.

  Las condiciones que ofrecen los procesos de cambio, vigilados desde la mirada de los criterios de la innovación y las buenas prácticas que ofrecen pistas para descubrir procesos sólidos que evolucionan en una lógica espiral. Estas condiciones están vinculadas con el contexto como un factor determinante tanto del proceso innovador como de sus resultados, en el que intervienen múltiples responsabilidades y actores.

  La redefinición del triángulo didáctico8: esta es una propuesta de Aguerrondo (2009) que coloca al centro de una experiencia innovadora el conocimiento y el proceso pedagógico del docente con el estudiante como eje central. Este conocimiento que genera un proceso de buena práctica o de innovación debería provocar la formación de nuevos aprendizajes, de aquellos que integran el saber con el hacer, más allá del saber tradicional.

 

Fuente: Marco de la Innovación y Buenas Prácticas Educativas


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